sábado, 23 de abril de 2011

Las bombas no terminan

El canal televisivo Al-Libya reportó que durante la madrugada de este sábado aviones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llevaron a cabo numerosas incursiones contra posiciones de las fuerzas leales al líder Muamar El Gadafi en el oeste de Trípoli.

A primeras horas del día, se escuchaban potentes explosiones y ráfagas de artillería pesada en inmediaciones de un complejo fortificado de la jefatura del Estado en la zona de Bab Al-Aziziyah, que tenía fuerte vigilancia militar por ser sede de El Gadafi.

Según el portavoz del Gobierno, Moussa Ibrahim, tres personas perdieron la vida en esa agresión, pero apuntó que la instalación dañada era un estacionamiento de carros cerca de Bab Al-Aziziya que estaba inutilizado desde hacía tiempo.

Otras fuentes describieron el lugar como un búnker subterráneo en el que había cajas de municiones vacías, y afirmaron que otras dos personas murieron allí el viernes en la noche en una de las múltiples incursiones de la OTAN contra blancos gubernamentales durante el día.

Los bombardeos se intensificaron contra Trípoli en los tres últimos días en un intento de la alianza atlántica por romper el impasse del enfrentamiento armado entre partidarios de El Gadafi y opositores, que están representados por el Consejo Nacional de Transición (CNT).

De hecho, las acciones bélicas de esta madrugada estuvieron antecedidas por la visita ayer a Benghazi, sede del CNT, del senador republicano estadounidense John McCain, quien desde allí brindó apoyo a los rebeldes e instó a gobiernos occidentales a suministrarles armas.

“Animo a todos los países, y especialmente a Estados Unidos, a que reconozcan al Consejo Nacional de Transición como portavoz legítimo del pueblo libio. Podemos ayudar facilitando armas a los militares libios que están luchando contra El Gadafi”, arengó.

Mientras los alzados siguen fuertes en Benghazi, convertida en capital de la insurrección en el este del país, noticias procedentes de esa región indicaron que los combates terrestres mostraron pocos cambios en el área que separa a Ajdabiya y Brega.

Sin embargo, la OTAN aseguró haber fulminado unidades leales al líder libio en la ciudad de Misratah, principal bastión rebelde en el noroeste y asediado por tierra desde hace dos meses por las tropas regulares, a las cuales resisten los alzados en una guerrilla urbana.

El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Khaled Kaim, negó cualquier revés en Misratah, pero advirtió la posibilidad de que el Ejército se retire de esa localidad sitiada y encargue a las tribus locales el enfrentamiento con los insurgentes.

Kaim explicó que las fuerzas armadas recibieron un “ultimátum” para sofocar la revuelta en la mencionada ciudad, la tercera de Libia donde se describe una situación humanitaria alarmante.

“Si ellos (el Ejército) no logran solucionar el problema en Misratah, la gente de (los poblados de) Zliten, Tarhuna, Bani Walid y Tawargha se moverá hacia allí a negociar con los rebeldes, pero si no se rinden, entonces lucharán entre ellos”, apuntó el vicetitular.

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