domingo, 17 de abril de 2011

Mehdi Ben Barka


El 29 de octubre de 1965, en plena calle, frente al restaurante Lipp, en el corazón de París, tres policías franceses, aparentemente a sueldo de ciertos altos cargos marroquíes, secuestraron a Mehdi Ben Barka, el líder de la izquierda marroquí en el exilio, antiguo profesor de matemáticas y posteriormente el más feroz opositor a Hassan II. Jamás se le volvió a ver desde esa tarde. Murió, según aseguró un agente secreto marroquí en 2006, en una casa situada en las afueras de París, en Fontenay-le-Vicompte, propiedad de un hampón de aquellos tiempos, Georges Bucheseiche, al que la policía conocía bien, entre otras cosas, por los tatuajes de mujeres sentadas y puñales que lucía en los dos brazos. Mehdi murió tras ser torturado, a manos del ministro del Interior marroquí de entonces, el siniestro Mohamed Ufkir, que le clavó un estilete varias veces mientras el líder político agonizaba atado a una silla e inconsciente. Hay todavía muchos cabos sueltos en esa historia. Uno de ellos es la implicación real de los servicios secretos franceses. Otro, qué pasó con el cadáver. Hasta ahora se sospechaba que fue trasladado a Marruecos y disuelto en una cuba de ácido. Este domingo, el Journal du dimanche revela que, según un informe secreto de la policía francesa de aquel tiempo, el cuerpo nunca viajó a Marruecos, sino que fue incinerado en la región de Essonne, cerca del lugar del asesinato. Georges Fleury, un antiguo jefe de comandos de la marina, reconvertido en escritor, posee las 95 páginas que, según él, lo certifican. En este informe, la policía francesa de la época da cuenta de sus investigaciones y recoge el testimonio de un tal Maurice T., propietario de una gasolinera, que aseguró a los agentes que participó en la incineración del cadáver por 5.000 francos (una pequeña fortuna en la época). La policía francesa, según el informe, también encontró otra pista: una tela y un trozo de piel, que ahora nadie sabe dónde están. El abogado de la familia Ben Barka, según aseguró ayer, desconocía la existencia de estas investigaciones. ¿Cómo llegó a manos de Fleury el informe? "Hace 25, en el Salón del Libro, mientras yo firmaba ejemplares, un hombre se acercó y dejó en la mesa una carpeta llena de documentos. El desconocido sólo dijo: 'Para usted' antes de darse la vuelta e irse", respondió el escritor al Journal du dimanche. Hasta ahora, Fleury había guardado el informe, pero hace poco se enteró de que el juez instructor Patrick Ramaël sigue detrás del caso. De hecho, hace una semana, la Fiscalía de París paralizó las órdenes de arresto , emitidas por este juez, para interrogar a cuatro marroquíes sospechosos de estar implicados en el caso, entre los que se cuentan el actual jefe de la Gendarmería de Marruecos, el general Hosni Benlisman.

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