viernes, 19 de agosto de 2011

Cien mil jóvenes movilizados en Santiago, Valparaíso y Concepción

Más de cien mil jóvenes movilizados en Santiago, Valparaíso y Concepción, entre otras localidades, constituyeron la peor repuesta que pudo obtener el Gobierno a su propuesta planteada el miércoles, en un intento por acabar con la crisis.


Los 100.000 jóvenes que marcharon este jueves bajo fuertes lluvias por la capital chilena arrastraron al gobierno de Sebastián Piñera a su peor escenario social y político de cara a las elecciones municipales de 2012 y presidenciales 2013.
Los miles de paraguas negros que cruzaron el centro de Santiago, sacudido desde marzo por protestas, fueron la peor repuesta que pudo obtener el gobierno a su propuesta de financiamiento educacional planteada el miércoles, en un intento por acabar con la crisis.
“Este gobierno tiene que aprender a gobernar”, ironizó en medio de la marcha la líder universitaria Camila Vallejo, quien pidió “garantías” a Piñera de que cumplirá lo que ofrezca a los estudiantes.
En réplica, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, volvió a defender su oferta. “Hemos sido flexibles”, dijo ante el rechazo de los jóvenes y la mayoría opositora de centroizquierda en el Congreso.
En el oficialismo, dividido frente al tenor y profundidad de las reformas educativas, los sectores más conservadores y mayoritarios optaron por cerrar filas con el Ejecutivo, enfrentado hoy a marchas también en Valparaíso y Concepción, entre otras ciudades.
“(El presidente) de verdad ha puesto toda la carne a la parrilla, se ha jugado el todo por el todo”, dijo el presidente de la Unión Demócrata Independiente, el senador Juan Antonio Coloma, quien el miércoles concurrió a una cumbre del oficialismo con Piñera.
El problema es que lo que ofrece el gobierno, aunque implica inversiones de miles de millones de dólares, difiere en forma y fondo de lo pedido por los estudiantes. Una visión neoliberal y otra más estatista están enfrentadas.
El gobierno, en síntesis, apuesta por becar parcialmente los estudios universitarios de los jóvenes pobres y rebajar las tasas de interés de los demás alumnos, quienes egresan de sus carreras con deudas de incluso más de 50.000 dólares.
Los jóvenes, cuya protesta derribó a mínimos históricos el apoyo a Piñera, exigen educación gratuita y de calidad para escolares y universitarios sin distingos.
“Hay que eliminar al Estado como cómplice del delito del lucro en la educación”, subrayó hoy el dirigente universitario Giorgio Jacson, rodeado de jóvenes que cantaban, bailaban y saltaban bajo la lluvia.
La oposición, con un 20 por ciento de apoyo ciudadano en encuestas, optó por respaldar a los estudiantes, en la antesala del paro nacional convocado por gremios de trabajadores para el 24 y 25 de agosto.
“Lo que el gobierno ofrece es una compra de una parte de la tasa de interés y eso profundiza el lucro, eso es lucro para los bancos”, dijo el senador del Partido por la Democracia Jaime Quintana.
“Es decir, se le traspasan 100.000 millones de pesos (220 millones de dólares) a los bancos”, insistió, en medio de denuncias que tres ministros de Piñera son dueños justamente de universidades privadas.
Piñera, quien recientemente definió la educación como un bien de consumo, criticó hoy las movilizaciones y el rechazo de los estudiantes a negociar sin garantías.
“Estoy absolutamente convencido que el camino para hacer de Chile un país más libre, justo, más próspero, más solidario no es el camino de las piedras, de la violencia y de las bombas molotov, eso no conduce a ninguna parte”, sostuvo.
Sus palabras, que por ahora cerraron la posibilidad de un encuentro directo con los estudiantes, fueron rechazadas por el presidente del Senado, el opositor Guido Girardi, quien intenta mediar en la crisis.
“Criminalizar al movimiento estudiantil y hacer de su demanda algo violento no ayuda en nada a construir un diálogo”, dijo el parlamentario del Partido por la Democracia.
Los jóvenes, cuya movilización posee un apoyo de 80 por ciento, desconfían de la clase política a la que acusan de traicionar a los movimientos sociales por años, como dijeron los últimos días en reuniones en el propio Congreso.
La crisis, complicada aún más por la huelga de hambre de 40 adolescentes que demandan educación de calidad en los liceos, no parece por ahora tener caminos inmediatos de resolución.
Más aún, el paro nacional convocado para la próxima semana puede conflictuar más el escenario para el gobierno, ente los anuncios de movilizaciones en el Poder Judicial, la salud y el sector público.

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