jueves, 5 de enero de 2012

Otra mancha más al tigre, ¿qué importa? , por David Hernández

El “súper perfecto” sistema judicial norteamericano a partir de que es considerado, por algunos en el mundo, como un sistema a imitar por su perfección, se le ha añadido desde 1998 una nueva mancha. Para entender el problema que trataré, hay que remontarse al año en que triunfó en Cuba la lucha armada en contra de la nefasta tiranía de Fulgencio Batista, por cierto, personaje que gozaba del apoyo del gobierno norteamericano de esa época y que permitió el gran proyecto de convertir a Cuba en el Casino más importante de toda la América, a partir de la presencia en La Habana de los más importantes mafiosos sicilianos que operaban en los EU.  La lucha armada que desde la Sierra Maestra libraban varios frentes, bajo el mando del Comandante en Jefe Fidel Castro, culminó con la huída hacia los EU en diciembre de 1958 del dictador Fulgencio Batista, junto a sus más cercanos colaboradores, entre estos, los propios mafiosos que ya estaban instalados en los lugares más exclusivos de La Habana. A pesar de que estos personajes trataron de “coquetear” con la revolución, haciéndose pasar como contrarios a las barbaries de la dictadura militar, su pronta huída presume que supieron aquilatar que la revolución cubana no establecería con ellos ninguna concesión y adoptaron una sabia determinación; la huída antes de que se instalaran en la capital la dirección de la revolución y le esperara una cárcel segura.  Pero no solo huyeron los mafiosos sicilianos, también lo hicieron los asesinos que contribuyeron a la muerte de miles de jóvenes y luchadores en general, contra la nefasta dictadura; también lo hicieron las familias más adineradas, grandes comerciantes, terratenientes y muchos más que sabían que debían cuentas al pueblo cubano y que el nuevo gobierno revolucionario los llamarían para ser sometidos a la justicia revolucionaria. Con el proceso de radicalización, provocado entre otros factores por las reacciones en contra del nuevo proceso para el rescate de la dignidad del pueblo cubano, nuevas “oleadas” de cubanos fueron saliendo del país y todo esto impulsado por las “bolas contrarrevolucionarias” (rumores de boca en boca) que se encargaban de crear y difundir los enemigos de la naciente revolución cubana.  Conocidas son las noticias regadas sobre “la patria potestad” y que dio lugar a la llamada “Operación Peter Pan”, en la que familias motivadas por evitar que el nuevo estado se adueñaran de sus hijos, los enviaron hacia los EU con el apoyo del clero cubano y de instituciones radicadas en el país del norte, generándose la lamentable situación que hoy día narran los propios afectados, o sea, los niños cubanos de aquella época que sufrieron por esta injustificada determinación de sus padres. Muchos de estos niños; hoy ciudadanos residentes en su mayoría en los EU y otras ciudades del mundo y cuyas edades oscilan entre 50 y 60 años, se vieron afectados por la pérdida de sus padres en esta importante etapa del desarrollo humano, confesiones conmovedoras que han sido narradas por algunos de estos afectados.  La agresión a Cuba era cada vez más generalizada; desde territorio norteamericano, fundamentalmente La Florida donde se establecieron organizaciones tales como “Alpha 66”, “Hermanos al rescate”, “Comandos L”, “Fundación Nacional Cubano-Americana”, entre otras, todas perfectamente conocidas y dirigidas por connotados enemigos y asesinos, con el apoyo del gobierno de turno de los Estados Unidos. Estas organizaciones nada tenían que ver con intereses pacíficos; eran y son organizaciones paramilitares que agrupan a personas muy resentidas con la revolución cubana y sus principales líderes; viven de los aportes económicos de la gran colonia cubana en La Florida, a partir de promesas que estimulan la lucha contra la Cuba de Castro, su instalación en la isla y el rescate de los bienes incautados a esbirros y enemigos del pueblo cubano por el proceso revolucionario.  Macabros planes se organizaban en estas organizaciones paramilitares, a la luz y con el apoyo de la CIA y del gobierno de turno en EU; un ejemplo de esto fue la “Operación Mangosta”. El gobierno de los EU nada hizo para frenar las acciones agresivas contra Cuba que estos grupos preparaban y que conducían necesariamente a enlutar a las familias cubanas. ¿Qué hacer en este caso?. Sin dudas una manera de lucha es la de “penetrar” a estos grupos mafiosos para conocer sus macabros planes. Esta infiltración nada tenía que ver con una amenaza a los EU; era un acto de legítima defensa del pueblo y el estado cubano.  Es justamente este contexto político lo que motivó a cinco cubanos nombrados Gerardo Hernández, René González, Fernando González, Antonio Guerrero y Ramón Labañino. Gracias a estos valerosos cubanos pudieron evitarse múltiples actos criminales que preparaban los anticubanos en las mencionadas organizaciones paramilitares de La Florida, con el propósito de sembrar la muerte y la destrucción en Cuba. Estos valerosos cubanos antiterroristas fueron apresados en 1998 y sometidos a juicio en La Florida, en la misma tierra donde viven y operan estos grupos mafiosos y que poseen gran influencia en todas las esferas de gobierno; fueron calificados como espías y peligrosos para la seguridad norteamericana, tras 28 meses de encarcelación en prisiones de máxima seguridad y aislados, como si trataran de vulgares asesinos, cuando en realidad se trataban de patriotas que luchaban para conocer con antelación los actos que “organizaban contra Cuba” estos grupos contrarios a la Cuba revolucionaria. El propio ex jefe de despacho del General Colin Powell, Lawrence Wilkerson, publicó una carta abierta donde denuncia el “amañado” juicio a los “5 Héroes del Imperio” y llama a manifestarse a favor de estos cinco cubanos secuestrados por el gobierno de G. W. Bush. La Corte de Apelaciones del Decimoprimero Circuito de Atlanta declaró nulo el juicio celebrado en la inapropiada (por ser la ciudad norteamericana donde se pasean impunemente terroristas y acérrimos enemigos de la Cuba revolucionaria y socialista)  ciudad de Miami y revocó las sanciones el 9 de Agosto del 2005 tras 28 meses de estudio minucioso. De esta forma no solo Cuba sino Atlanta proclaman ante el mundo la inocencia de estos 5 cubanos.  Pero a pesar de todo, “Los 5” siguen encarcelados y algo peor, sus familiares entre éstos madres, esposas e hijos le impiden visitarlos, como otorga el derecho del país que se asigna el título de  “Paladín de los derechos humanos en el mundo”. Por otra parte, ¿qué papel ha desarrollado la llamada prensa libre en los EU?. Evidentemente procuran callar o simplemente minimizar la envergadura de tamaña injusticia y si no le queda más remedio que divulgar alguna noticia al respecto, lo hacen de manera menos lesiva a los intereses del gobierno estadounidense o lo que es lo mismo, de acuerdo a los intereses de la mafia anti-cubana de Miami.  El mundo ante tanto oprobio se revela; cada día más gobiernos y grupos luchan para denunciar este horrendo caso que mancha de forma indeleble al sistema judicial norteamericano. La mentira y la desinformación se pueden sostener durante mucho tiempo para muchas personas pero, lo que jamás ocurrirá es que se pueda engañar a todo el mundo todo el tiempo.  El actual gobierno norteamericano, cuyo actual presidente constituyó la esperanza de los grupos más vulnerables dentro de la sociedad norteamericana, no ha sido capaz de tomar la iniciativa de dar la amnistía a estos cinco cubanos, a pesar de contar con el respaldo y la petición de las más altas personalidades a nivel mundial; para nada le ha importado al Presidente Obama el dolor de madres, esposas e hijos de estos valerosos héroes cubanos, pues parece ser que para el, es más importante satisfacer la sed de venganza contra Cuba que tienen los cubanos (o mejor los anti-cubanos), que viven en La Florida y cuyo afán es la de derrocar y verter sangre en el país que los vio nacer, para satisfacer así su sed de venganza contra la revolución cubana y su líder Fidel Castro.  Esta posición no difiere en nada con la que mantuvieron sus antecesores presidentes Bush padre e hijo, en la protección a los terroristas Orlando Bosh (indultado por Bush padre) y Luis Posada Carriles, tenebrosos personajes terroristas y autores confesos de actos como la voladura del auto del Canciller chileno Orlando Letelier, donde perdió la vida, además del Canciller, su secretaria norteamericana y la voladura de un avión cubano con 72 personas a bordo el 6 de abril de 1976, entre otros muchos actos terroristas más. En estos días se juzga al mencionado Luis Posada Carriles por un tribunal norteamericano en El Paso Texas, por un delito de menor envergadura y aunque existen pruebas de sus terribles acciones terroristas, que han causado muertes y dolor a familias inocentes, no hacen nada por juzgarlo por sus verdaderas acciones ni son capaces de extraditarlo a Venezuela para ser juzgado, alegando que en este país no existen las garantías suficientes para un juicio justo; por supuesto justo para sus intereses imperiales y por el temor que Posada declare cosas comprometedoras para los EU.  Este comportamiento induce a pensar que existen compromisos turbios detrás de esto sucesos y que temen a que el mencionado ex agente de la CIA, pueda poner al descubierto la complicidad del gobierno norteamericano, en todos los sucesos contra Cuba que involucran  a estos terroristas, cosa que para los cubanos es más que evidente. Lo que si estamos seguros los cubanos es que Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón, tendrán que ser liberados, pero aún así, la mancha al tigre imperialista jamás podrá ser eliminada.

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