jueves, 22 de marzo de 2012

Un tributo a los 45 años de la revista Tricontinental



Como espina atravesada en la garganta del águila imperial, la revista Tricontinental continuará oponiéndose a los planes de Estados Unidos y sus aliados para derrocar a los gobiernos progresistas y revolucionarios que no responden a sus intereses.

Reinaldo Morales Campos* / Especial para Con Nuestra América
Desde La Habana, Cuba

Desde hace 45 años, oponiéndose a los planes de dominación imperialista, haciendo historia, defendiendo cultura y expresando solidaridad con los pueblos, anda por el mundo la revista Tricontinental; órgano teórico de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), surgida por acuerdo de los participantes en la “Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina”, que con la evidente convicción proclamada el 4 de febrero de 1962, en la Segunda Declaración de La Habana, de: “… esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia”; se efectuó en La Habana del 3 al 15 de enero de 1966.
Depositaria de un perfil editorial fraguado por lo expresado en el Mensaje del Che a la Tricontinental, publicado el 16 de abril de 1967, la revista Tricontinental surgió en un momento muy significativo para la lucha revolucionaria; el contexto histórico de su aparición no pudo ser más oportuno para darle una contundente respuesta a la criminal política imperialista.
En Indochina la guerra contra los pueblos de Viet Nam, Lao y Cambodia lanzada por los norteamericanos. Igualmente en Asia el inolvidable empleo por los gobernantes norteamericanos, siendo los primeros y únicos, en emplear el arma atómica que a 40 años de sus lanzamientos en Hiroshima y Naggasaki, que continuaba cobrando nuevas víctimas.
En América Latina las secuelas de la invasión de miles de soldadas norteamericanos a Santo Domingo y el enclave colonial de Puerto Rico. Así como la existencia en los últimos tres años de la década del sesenta de los regímenes militares golpistas en América Latina del general Alfredo Stroessner en Paraguay, la del coronel Juan Carlos Organía y el general Roberto M. Levington en Argentina, la del general René Barientos en Bolivia, la del mariscal Humberto Casteló Branco en Brasil, el régimen dictatorial en Honduras del general de aviación Osvaldo López Arellano y el de la Junta Militar que derrocó al presidente Arnulfo Arias en Panamá.
En África, los pueblos de las colonias portuguesas: Angola, Guinea-Bissau, Cabo Verde Mozambique y Sao Tomé y Príncipe incurrían en tenaz lucha por lograr su independencia. Igualmente libraban sus luchas por la independencia Zimbabwe y Namibia, así como el pueblo sudafricano contra el régimen del apartheid. En esa región en 8 de los 32 estados gobernaban militares, ejemplos: Dahomey, República Centroafricana, Nigeria, Alto Volta, Ghana y Togo. El resuelto apoyo de Estados unidos a las agresiones del estado sionista de Israel a Palestina y a otros países árabes.
Igualmente, ante el avasallamiento de las potencias occidentales, los pueblos encontraron en la Tricontinental un canal para expresar sus denuncias contra la opresión del sistema capitalista. De Estados Unidos se destaca la lucha del pueblo afro norteamericano que, en fragante violación de los derechos humanos, era víctima de la discriminación racial y represión.. La lucha de la población negra trascendió más allá de meros cambios y de transformaciones raciales y se perfiló por la destrucción del régimen imperialista y el establecimiento de un sistema social, político y económico más justo, que rompiera con su esencia discriminatoria y explotadora de los pueblos.
La revista Tricontinental, en contrapartida a la dramática situación que impuso el imperialismo, perfiló su contenido temático con la publicación de artículos y valoraciones en armonía con la proclamación del derecho de los pueblos, para proteger sus soberanías e independencias nacionales, oponiendo a la violencia imperialista la lucha armada revolucionaria, mostrando que las causas que originan las revoluciones tienen sus consecuencias de las condiciones de vida y la conciencia de cada país y no de su exportación, convocando a los pueblos a defenderse de la penetración cultural y de las agresiones directas o indirectas de las potencias capitalistas, de consolidar las independencia nacional, democracia, el progreso social y la paz.
En el protagonismo de la revista Tricontinental, para lograr la unidad entre los pueblos y enfrentar la dramática situación impuesta por el imperialismo, además del Che quien con su histórico mensaje marcó la fecha fundacional de su publicación y deslumbró como su principal inspirador, también estuvieron asociados con su fundación las voces de importantes líderes del movimiento revolucionario, como: Fidel Castro, Amilcar Cabral y Ho Chi Min.
- EL MENSAJE DEL CHE A LA TRICONTINENTAL
El 16 de abril de 1967 la OSPAAAL editó un folleto con el texto íntegro del histórico Mensaje del Che a la Tricontinental ; devenido en la edición 0 en su la página de presentación, se advirtió la futura publicación de la revista Tricontinental El Che lo había enviado en respuesta a un pedido del Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL; de solicitud de colaboraciones, de los más destacados dirigentes revolucionarios del mundo, para incluirlos en el primer número de la revista y por la claridad en que, en ese artículo, se abordaron los problemas de vital importancia para el movimiento revolucionario y la denuncia enérgica contra la política del imperialismo se decidió publicarlo en un suplemento especial.
Junto al folleto se distribuyó un cartel en el que se significó el mensaje: Crear dos, tres... muchos Viet Nam. El cartel diseñado con la concepción artística de Alfredo González Rostgaard y la realización gráfica de Lázaro Abreu Padrón, el primero impreso ante que se produjera su muerte, contenía tres fotos del Che que se le habían sido tomadas durante su misión internacionalista en el Congo; a donde llegó el 24 de abril de 1965 y permaneció durante varios meses, como jefe de la Columna Especial Patricio Lumumba integrada por 130 cubanos que en cumplimiento de una solicitud realizada por el Consejo Supremo Revolucionario de ese país africano a la Dirección de la Revolución Cubana combatieron, junto a los hermanos congoleños, contra el colonialismo y ayudaron en la formación de los nuevos cuadros
Ambos, folleto y cartel, con una tirada de 100 mil ejemplares; fueron reproducidos en español, inglés y francés El cartel a la medida de 55 x 32,5 centímetros, en pequeño formato, permitió ser distribuido plegado en los sobres en que se envió el mensaje, con lo cual se inició una práctica que se continuó realizado con la aparición de la revista Tricontinental. El Mensaje del Che a la Tricontinental, una vez hecho público y distribuido a diversos países, fue reproducido en folleto y revistas por organizaciones progresistas y partidos amigos, que lo imprimieron, en otros idiomas como; italiano, inglés, francés, árabes y japonés.
-PRIMERA ÉPOCA DE LA REVISTA TRICONTINENTAL
Convencionalmente distinguida su edición y circulación por la periodización de dos épocas; es conveniente destacar sus rasgos generales que han diferenciados su publicación, como han sido: su periodicidad bimestral; alternado mensualmente, hasta mediado de la década del ochenta del siglo pasado, con la edición del Boletín Tricontinental que con aproximadamente 68 páginas y portada a color, diseñado por Lázaro Abreu Padrón, comenzó a circular en abril de 1966 con periodicidad mensual, en español, inglés, francés y árabe; a través del cual se difundieron noticias y artículos de fondo
La primera época de la revista Tricontinental (1967-1992), en cuanto a su formato se identificó por su formulación en dos dimensiones: de 23 x 15 centímetros y 120 páginas, similar al formato de un libro, que abarcó desde la No 1, en agosto de 1967, con una tirada de 50 mil ejemplares, (25 mil en español, 15 mil en inglés y 10 mil en francés) extendiéndose hasta la No 87 (1983) y sucesivamente con el formato de 21 X 28 centímetros, entre la No 88 hasta la No 130 en 1992.
La concepción y presentación de la maqueta del primer número de la revista Tricontinental había sido concebida por el diseñador gráfico José Gómez Fresquet (Frémez) y al no poder ocuparse este de su proceso editorial, a solicitud del Secretariado General de la OSPAAAL, lo realizó Alfredo Rostgaard, quien en su condición de director artístico fundador, incidió en materializar su edición, así como de los carteles y otros impresos que formaron parte de su circulación. En esta tarea se contó con la colaboración de Lázaro Abréu Padrón, quien además de continuar diseñando el boletín informativo de igual título, brindó su aporte creativo en las cubiertas y contracubiertas así como en ambos reversos de la revista.
La portada del primer número, en conformidad con un reportaje inédito aparecido en el mismo, reflejó la imagen de Pierre Mulele quien, después del asesinato de Patricio Lumumba, había conducido la lucha armada en el Congo. Portadora, en sus páginas, de un mensaje de Ho Chi Minh, que se adhería a lo expresado en su editorial de que la publicación serviría de órgano de difusión e intercambio de las experiencias revolucionarias así como de las ideas más nobles de los hombres que luchaban y pensaban por la libertad plena de la humanidad, también constituyeron parte de su sumario temático los artículos: “Reforcemos la lucha antiimperialista y anti-yanqui”; del Primer Ministro Coreano Kin II Sung, “El Tercer Mundo nuestro mundo”, otro acerca de los objetivos de la lucha de los afroamericanos en los Estados Unidos; de la autoría de Stokely Carmichael y el amplio estudio titulado “Medio Oriente 5 días con futuro. La estrategia del petróleo” donde se denunció el dominio del petróleo árabe por el imperialismo internacional
Entre otros trabajos completaron las 122 páginas del número inaugural de la revista Tricontinental una carta de Ho chi Minh al presidente norteamericano Lyndon Johnson, que con el título “Viet-nam: esta es mi respuesta”, insertada en la sección Actas para la Historia reafirmaba la decisión del pueblo vietnamita de continuar la lucha has la victoria final. En la sección el Hombre en su Palabra se incluyó aspectos de la trayectoria del líder marroquí El Mehdi Ben Barka quien había sido secuestrado y asesinado en momento en que se desempeñaba como Presidente del Comité Preparatorio Internacional de la Primera Conferencia Tricontinental.
También contenía la el texto integro de la Declaración General de la Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) y fragmentos del discurso del Primer Ministro Fidel Castro durante el acto de clausura de ese evento. En la sección Nueva Expresión afloró el articulo “La arquitectura revolucionaria del Tercer Mundo” del arquitecto Fernando Salinas sobre el desastre habitacional en los países subdesarrollados. Igualmente en los apartados Tricontinental en Marcha y la Noticia Verdad aparecieron una serie de reflexiones que contribuyeron a profundizar en los conocimientos de los problemas del mundo subdesarrollado.
Desde la publicación de ese primer número, continuando el antecedente empleado en la distribución del folleto que contenía el Mensaje del Che a la Tricontinental, se asumió la práctica del empleo del cartel que desde comienzo de 1967 había sistematizado la OSPAAAL, su recurrencia como información visual complementaria a los artículos de la revista tuvieron dos visibles distinciones: los que plegados en su interior formarían parte de su perfil editorial y los que insertados en sus portadas, contraportadas y páginas interiores servirían como apoyo visual a su contenido temático.
El primer cartel doblado y que justamente se empleó en la revista Tricontinental No 1, fue un anti-anuncio, iniciativa aportada por Alfredo Rostgaard, recurso gráfico donde los símbolos de la publicidad y la propaganda capitalistas son distorsionados y en sentido contrario se proyecta el mensaje revolucionario a favor de la causa de los pueblos del Tercer Mundo.
El referido cartel anti-anuncio hecho al tamaño de 55 x 33 centímetros se distribuyó en la Tricontinental número 4-5 (enero febrero del 1968) insertado en las páginas interiores y en la contracubierta de este y en otros ejemplares. En ese anti-anuncio el texto empleado en la publicidad de un anuncio comercial de Ethioplan Airlines: Algunas de los distantes paisajes; con nombres de lugares que el turista debía visitar, fueron sustituidos por una relación de nombres de prisiones y bases militares de Etiopía. También se insertaron las fotos de dos revolucionarios ahorcados donde estuvieron paisajes de ese país.
En la ejecución editorial y distribución al mundo de la Tricontinental, desde la aparición del primer número, se involucraron distinguidos periodistas, notables artistas de las artes plásticas y diseñadores gráficos integrantes la vanguardia artística, que conjuntamente con los trabajadores de la industria grafica cubana han hecho posible una publicación que ha servido como fuente de información sobre la lucha contra el colonialismo, neocolonialismo y el imperialismo y al propio tiempo tribuna abierta al debate de ideas, donde han sido abordado los principales problemas que afectan a los pueblos y la posibilidad de buscarles solución a través de transformaciones revolucionarias.
Los primeros diez números contenían en su interior papel bond blanco de 75 gramos. Para diferenciar sus artículos se adicionaban hojas en los colores verde, azul y rosado y en ocasiones se acompañaban con sueltos que contenían impresos mapas, gráficos, tablas estadísticas, así como otras ilustraciones de apoyo visual. El orden de sus artículos estuvo en correspondencia con sus 10 secciones (fijas y ocasionales). El humorismo al estilo de René de la Nuez ocupó espacio en sus cubiertas y páginas interiores.
Por su dinámica efectividad comunicativa, durante la administración de Richard Nixon, en Estados Unidos, la revista Tricontinental fue señalada como una publicación de contenido subversivo porque recomendaba a las fuerzas revolucionarias orientaciones acerca de cómo emplear sus armas en sus enfrentamientos de defensa de los ataques y agresiones imperialistas. Tal imputación no se ajustaba a la realidad porque los medios de combate que aparecieron ilustradas, con instrucciones para su manejo en las contraportadas de los primeros 12 números publicados, eran precisamente las empleadas por las fuerzas reaccionarias para aniquilar a los guerrilleros, luchadores urbanos y otros combatientes. Ejemplos: el tanque pesado de combate M-103 y el helicóptero UH-1 Iroquots (Huey), de ambos además de sus datos tácticos-técnicos como capacidad de fuego y operatividad, se le señalaban gráficamente los puntos débiles para que pudieran ser destruidos por las fuerzas revolucionarias.
Con tal falsedad pretendían enmascarar sus acciones subversivas tales como: la invasión de revistas, folletos, postales y otros impresos de contenido pornográfico y distorsionador de la realidad de la lucha de los pueblos de los tres continentes, los actos terroristas de la CIA, que brindó apoyo logístico y financiero a los grupos contrarrevolucionarios cubanos radicados en la Florida de donde partían con frecuencias a realizar actividades agresivas contra el territorio nacional cubano, el secuestro de pescadores y el ataque a barcos mercantes donde fueron empleados embarcaciones artilladas adquiridas en el territorio de Estados Unidos y que junto a las pérdidas materiales ocasionó la pérdida de vida humana. A lo anterior se le suma las agresiones a embajadas y representaciones cubanas en el exterior.
En sus acciones agresivas para tratar de desestabilizar la Revolución Cubana, lograr su eliminación y desacreditarla ante los pueblos hermanos de los tres continentes, la CIA se apoyó en el empleo de publicaciones y en la radio-propaganda contrarrevolucionaria que formaron parte de sus planes de “Guerra Fría”, como instrumento de espionaje y subversión, disponía de una red de “agentes periodistas” utilizado sistemáticamente en actividades de espionaje y conspiración. Se le supeditaba directa o indirectamente varias estaciones de radio y controló y auspició los desaparecidos Radio Swan y Radio Cuba Libre.
Contra las calumnias por la aparición de la revista Tricontinental estuvieron las opiniones expresadas por destacadas personalidades como la de Ho Chi Minh en un mensaje que aparece publicado en el primer número de esa publicación donde manifestó: “...me siento muy feliz de enviar a los pueblos hermanos de Asia, África y América Latina mis mejores votos de solidaridad y de éxitos en su gran lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo con el imperialismo norteamericano a la cabeza, por la liberación nacional y el movimiento de la paz mundial. Deseo un éxito total a Tricontinental en el cumplimiento de sus nobles tareas revolucionarias”.
Impresa en ediciones en español, inglés y francés, contó hasta el No 24 de mayo-junio de 1971 de una edición en italiano. La edición de los 24 números en italiano de la revista Tricontinental estuvo a cargo de la librería Feltrinelli, en Milán. Igualmente entre, 1966 y 1969, se editó en francés por Editions Francois Masperó; una de las casas editoriales más importantes de Francia. También en Alemania durante un año por Trikontuerlag. En poco tiempo el Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL contó con tres medios fundamentales para su labor de propaganda: el cartel, la revista y el boletín que conjuntamente con la sección cinematográfica y los programas de radio que se escuchaban lo mismo en Buenos Aires que en la zonas liberadas de Guinea Portuguesa, integraron el conjunto de su gráfica política de la solidaridad tricontinental que circulaba por todo el mundo.
En cuanto a los carteles que plegados en su interior constituyeron parte de su perfil editorial de la revista Tricontinental estuvieron configurados con imágenes fotográficas y dibujadas o ambas combinadas, con elementos de la realidad y en ocasiones figurados, floreciendo portadores de elementos y signos gráficos con la representación de elementos autóctonos y folklóricos de los diversas nacionalidades acompañados con lanzas, ballestas, arcos, flechas y armas de combates convencionales que simbolizaban la defensa de los pueblos frente a la potencias occidentales.
Entre los primeros artículos de intelectuales cubanos de reconocidos prestigio internacional figuró el trabajo “Arte y compromiso” del cineasta Santiago Álvarez publicado en la Tricontinental No 7, de julio-agosto de 1968, en el que el creador cubano puntualizó el papel a desempeñar por los cineastas en momento en que se acentuaba la lucha de los pueblos contra el dominio imperialista. Santiago que a la sazón fungía como el director fundador del emblemático informador semanal de las pantallas de cine el Noticiero Latinoamericano del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos), colaboró con la Sección Cinematográfica ICAIC-OSPAAAL en la realización del documental Hanoi, Martes 13 exhibido en 1967 donde reflejó la lucha de la población vietnamita contra el agresor norteamericano.
La repercusión que sucesivamente consiguió el mensaje orientador y solidario de los impresos de la OSPAAAL motivó preocupaciones y comentarios suscitados en periódicos de Estados Unidos, por las autoridades de la aduana, así como por la prohibición de la circulación distribución y la puesta en venta de la revista Tricontinental, (con sus carteles plegados) en Francia, donde se distribuían tres mil ejemplares por la editorial de Francois Masperó uno de los editores más destacados de ese país siendo condenado el 8 de julio de 1969 a cuatro meses de prisión y 18 mil francos de multas. Dicha revista fue la primera en el mundo en dar a conocer informaciones inéditas y documentos sobre África, Asia, América Latina, el movimiento negro en Estados Unidos y la situación en Europa Occidental.
La influencia que ejercieron los comunicados, llamamientos, mensajes, la revista Tricontinental, libros, documentales, carteles y demás medios de propaganda, además de su escenario tricontinental, se extendió a los pueblos del resto del mundo, lográndose establecer vínculos y ampliar el campo de proyección dentro de Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá, relaciones que se desarrollaron directamente con personas e instituciones y partidos progresistas que se solidarizaban con la lucha del Tercer Mundo con los cuales se coordinaron acciones políticas convirtiéndose la OSPAAAL en el aparato visible que lo conectaba de manera orgánica entre si, juzgó un importante papel en el enlazamiento de esos vínculos la posición clara y sólida de la Organización Tricontinental.
La Tricontinental No 8, en evocación al primer aniversario de la muerte del Che en Bolivia, además de configurar la portada con representaciones visuales figurativas alusivas a su imagen de combatiente revolucionario, preponderó un editorial que resaltó la heroica actitud del Che y sus compañeros en su enfrentamiento a los “rangers” hasta caer herido y ser posteriormente asesinado cobardemente por sus captores. Integraron su sumario los artículos: “El papel que nos corresponde”; con una selección del pensamiento del Che Guevara sobre los problemas más acuciantes que afectaban a los pueblos del mundo, “El Che: aliento universal de lucha”, palabras introductorias del líder Fidel Castro en el diario de campaña del Che y el ensayo de Phil Hutchings; titulado “El Che Guevara y los afronorteamericanos”
Dentro de esa edición de septiembre-octubre de 1968 se distribuyó doblado el primer cartel de la Organización con la imagen del Guerrillero Heroico. En su configuración y realización su diseñadora, Helena Serrano, presentó la famosa imagen del Che tomada por el fotógrafo cubano Alberto Korda y la situó en un mapa de América Latina, con una secuencia imaginativa de planos que parten desde el centro al exterior, multiplicándose infinidad de veces, queriendo expresar que la personalidad del Che se multiplicaba, como si reviviera, presentándolo como alguien aún vivo, que no ha muerto, y que se agiganta a través del tiempo
El número 10 de Tricontinental, publicada en el bimestre enero-febrero de 1969, en reverencia al X aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, además de la publicación del discurso de Fidel por esa trascendental conmoración; bajo el titulo: “Cuba: diez años de revolución” su portada y habitual sección Tricontinental en Marcha estuvieron dedicadas al tercer aniversario de la celebración de la Primera Conferencia Tricontinental, que congregó en la Habana en enero de 1966 a revolucionarios de ochenta países del Tercer Mundo, en un recuento de la labor de la Organización que con el título: “Tres años de una reunión histórica”, afloró en esa edición, fue visualizada con una muestra de 16 carteles representativo de la labor de la OSPAAAL en ese periodo.
Es significativo en los últimos años de la década del sesenta la presencia reiterada de prospectos con ilustraciones gráficas que sin poseer una frase o un texto, fueron distribuidos doblados en el interior de la revista, ejemplo: en la Tricontinental número 13 del año 1969 se distribuyó un dibujo de un marine norteamericano doblado en la medida de 55 x 33 centímetros. Esa forma de comunicación gráfica, tomó mayor relevancia en la pintura al óleo Cristo Guerrillero (1969) de Alfredo Rostgaard, reproducida en offset en homenaje a la memoria del sacerdote y guerrillero colombiano Camilo Torres.
Esos ejemplos, aunque no asumieron las normas convencionales de la relación que debe existir entre la imagen y el textos que caracterizan a un cartel, por su forma de presentación cumplieron con la función comunicativa inherente a este medio para incentivar la lucha revolucionaria contra la penetración cultural y por la independencia de los países del yugo neocolonial, lográndose difundir ideas que eran necesario defender a través de esta manifestación artística a personas que no sabían leer y que solo era posible trasmitir mediante la ilustración gráfica.
Otros de los recursos empleados en la gráfica de la OSPAAAL distribuidos con la revista Tricontinental fue el conocido de la técnica gráfica japonesa de origami introducido por Alfredo Rostgard para satirizar la explotación y la deformación cultural impuesta a los pueblos subdesarrollados por las potencias imperialistas y que tuvo como antecedente el cartel plegado el distribuido en la revista Tricontinental No 9 realizado para la Jornada de solidaridad con el pueblo de Puerto Rico (1968), que en la parte superior poseía la imagen de un candidato electoral de un aparente partido llamado Unión, que al ser abierto revela la imagen del presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Jonhson respaldado el texto: “Por el camino de la traición”.
Otro ejemplo de origami distribuido en la Tricontinental, No 10 (enero-febrero de 1969) consistió en un impreso doblado, con el rostro de Richard Nixon, el entonces presidente de Estados Unidos, que ordenó los ataques aéreos masivos en Viet Nam, que al ser abierto o desplegado se convierte en un hombre lobo. El propio Rostgaard en formato pequeño y prácticamente similar al tradicional origami aportó otro que reflejó la lucha de la comunidad negra en Estados Unidos, su configuración residió en un dibujo con una pantera símbolo del Black Power que en simulacro a un rugido se abre al recibir impacto de un proyectil.
Entre 1967 y 1970 además de la condena al sionismo de Israel, el rechazo a las intervenciones norteamericanas en Viet Nam, Laos y Cambodia, contra la ocupación de República Dominicana, el enclave colonial de Puerto Rico y las que apoyaron a la Revolución Cubana también se formularon las diversas muestras de apoyo político patentizada en la Tricontinental en solidaridad con: Frentes de Liberación Nacional (FLN) y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) de Venezuela, que se unieron bajo un mando único (FLN-FALN), Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del Perú, Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) de Guatemala, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, Frente de Liberación Nacional (FRELIMO) de Mozambique, Movimiento de Liberación de Angola (MPLA), Partido de Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIG), Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (ANC), Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO), Unión Popular Africana de Zimbawe (ZAPU) y la Organización de Liberación de Palestina (OLP).
Y aunque habitualmente la OSPAAAL, en correspondencia con el alcance del trabajo de solidaridad fundamentalmente expresaba su apoyo a favor de los pueblos de países del llamado Tercer Mundo; tales propósitos, por su repercusión y significación para las causas de los tres continentes, también se extendió a favor de la lucha del pueblo afro-norteamericano víctima del racismo y privados de sus derechos civiles, por la reunificación en la República Popular Democrática de Corea y contra los lanzamientos de bombas nucleares, por Estados Unidos, en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Como una parte de los artículos procedían de combatientes revolucionarios y dirigentes antiimperialistas, que por su actividad patriótica en diversos escenarios de la lucha, eran buscado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA); con la colaboración con los servicios de espionajes de las potencias occidentales de Europa y los aparatos represivos de los gobiernos títeres en los tres continentes; la Tricontinental, por protección y seguridad a los colaboradores, contó con amigos que hacían llegar a su redacción con suma discreción las colaboraciones inéditas.
En igual sentido, si hasta mediado de los años setenta, la Tricontinental para sus envíos a oficinas, comités de solidaridad e instituciones progresistas de 38 países recurrió a los servicios ordinarios de la comunicación postal; no le fue igual para el envío de sus ediciones destinadas a dirigentes políticos progresistas, revolucionarios, combatientes guerrilleros y luchadores urbanos que actuaban contra la represiones imperialistas, que para evitar que fueran descubiertos, perseguidos y reprimidos, contó con un sistema de distribución casi clandestino, que estuvo integrados por amigos receptores residentes en Praga (Checoslovaquia), Roma (Italia), Estocolmo (Suecia), Londres (Inglaterra) y Tokio (Japón) que cumpliendo funciones de re-expedidores hacían llegar hasta siete mil revistas y sus carteles, por cada edición, a destinatarios involucrados en la lucha antiimperialistas de 93 naciones de los tres continentes.
Los envíos de la Tricontinental con expresiones de apoyo en los Estados Unidos con el Partido Pantera Negra, movimiento chicano y movimiento contra la guerra en Viet Nam (DELLINGER), así como en el pueblo Japón, contra las secuelas de la bombas atómicas que impactaron su territorio, se realizaban a través de organizaciones progresistas y de solidaridad, mientras a los países socialistas de Europa Oriental los carteles se hicieron llegar a través de casas de amistades, centros culturales y oficinas de representación que apoyaban las causas en lucha de los tres continentes.
En ocasión del Centenario del Nacimiento de Lenin el periodista cubano Gregorio Ortega, corresponsal de Prensa Latina, en Moscú, publicó en la Tricontinental No 17 de marzo-abril de 1970 el estudio “Lenin y el movimiento de liberación” en el que se expone como Lenin previó muchos de los mecanismos que utilizado el capitalismo para romper y dividir la unidad del proletariado. Formó parte de la distribución de ese ejemplar un cartel que diseño Alfredo Rostgaard con una imagen figurativa a Vladimir Ilich Lenin; conductor de la primera revolución socialista y fundador del Estado soviético que abrió nuevo senderos en la historia de la humanidad.
Continuamente la constitución en 1973 de su equipo de diseñadores le permitió a la OSPAAAL fortalecer su política comunicativa a través de sus diversos aportes gráficos y en particular para la edición de la revista Tricontinental, al frente del mismo en su condición del primer director artístico de la revista Tricontinental se designó a Alfredo González Rostgaard e indistintamente lo integraron Lázaro Abréu Padrón, Olivio Martínez, Rolando Córdova Cabeza y Víctor Manuel Navarrete (este último se desempeñaba en ese momento como realizador).
En el contenido temático la revista Tricontinental, al igual que en los carteles y otros medios de propaganda, desde 1970, se incluyeron la realización de acciones comunicativas en apoyo a las nuevas jornadas de solidaridad realizadas en la década del setenta, como fueron: Solidaridad con los pueblos de Indochina (1971), Jornada de solidaridad con el pueblo de Uruguay y libertad para los presos políticos (1974), Solidaridad con el pueblo de Chile y la lucha contra el fascismo (1974), Derechos civiles de la población negra de Estados Unidos (1977), Jornada de solidaridad con Namibia (1977), Solidaridad con el pueblo de Nicaragua (1978), Solidaridad con la lucha del pueblo de Sahara Occidental (1978) y Solidaridad con el pueblo del Líbano (1979).
El sangriento golpe fascista en Chile contra el gobierno constitucionalista de Salvador Allende fue revelado en la edición de la Tricontinental No 38-39 que circuló entre julio-diciembre de 1974. También a través de las publicaciones Tricontinental, a partir del segundo lustro de la década del setenta, se comenzó a reflejar en sus páginas artículos acerca de la llamada Línea del Frente, agrupación política africana creada en 1976, que presidido por Julius Kambarage Nyerere, líder de Tanzania e integrada por Zambia, Botswana, Angola, Mozambique y Zimbabwe, que apoya la lucha de la SWAPO por la independencia de Namibia y la lucha del pueblo sudafricano contra el apartheid y por la liberación nacional.
La OSPAAAL que había reflejado el final de la guerra en Viet Nam a través de un cartel de Alfredo Rostgaart, donde una línea blanca sobre el fondo azul, define la silueta de un combatiente vietnamita rodeado de palomas blancas, símbolo de la paz y la victoria, y en la parte superior une el texto Viet Nam Abril en el No 42 de la Tricontinental, en su sección al lector, dio a conocer la noticia de que los combatientes del pueblo de Viet Nam hicieron ondear su bandera victoriosa en el cielo de Saigón, esa edición estuvo dedicada por completo al pueblo vietnamita y meses más tarde en la No 45, correspondiente a septiembre-octubre de 1975, se resaltó nuevamente la victoria del pueblo vietnamita sobre el imperialismo norteamericano, mediante la publicación de un discurso de Le Duan, Primer Secretario del Partido de los Trabajadores de Viet Nam, que había pronunciado en un acto solemne efectuado el 15 de mayo de ese año para celebrar la victoria.
Entre otros destacados dirigentes e intelectuales del llamado Tercer Mundo de proyección revolucionaria interesados en la lucha de los movimientos de liberación nacional que periódicamente, hasta mediado de la década del setenta, colaboraron con artículos que fueron publicados en la Tricontinental, estuvieron: Amilcar Cabral, Juan Maris-Bras, Agostino Neto, Manuel Galich, Carlos Marighella, César Monte, Yasser Arafat, Inti Peredo, Carlos Mariguella, Camilo Torres, Oliver Tambor, Jean-Paul Sartre, Inti Peredo y Roque Dalton.
De las ediciones de la Tricontinental destinadas a esclarecer el objetivo de la lucha revolucionaria contra el dominio imperialista también se destacó la número 53 del año 1977, que incluyó artículos de Rodney Arismendi, Secretario General del Partido Comunista de Uruguat, titulado América Latina: Crisis de la política imperialista”; donde reveló la contraofensiva del imperialismo mediante la implantación de dictaduras fascistas y la necesidad de la unidad de los pueblos para contrarrestarlas. En esa propia edición el conocido escritor colombiano Gabriel García Márquez en la sección Puntos de Partidas, en el articulo “Operación Carlota” abordó uno de los más significantes ejemplos de internacionalismo proletario del siglo XX, que protagonizó el pueblo cubano en Angola.
Sucesivamente en la Tricontinental en correspondencia con las circunstancias del continente africano entre 1975 y 1979, además de la victoria de Angola que bajo la dirección de Agostino Neto derrotó a los racistas sudafricanos y abrió una nueva perspectiva para el proceso de descolonización en esa región; también reflejó en su edición No 54 una entrevista exclusiva de la dirigente Graca Machel ; “Mozambique: un pueblo en revolución”; donde abordó las transformaciones socio-económicas y políticas emprendidas en su país, luego de obtener su independencia nacional. También se publicó en ese ejemplar una declaración de Zamora Machel; presidente del FRELIMO y de la República Popular de Mozambique en la que denunció las injustas masacres que los racistas cometían contra su pueblo.
Las causas de la caída de Haile Selassie fue presentado en la portada de la Tricontinental No 58 y en el artículo con fragmentos del libro del periodista y escritor cubano Raúl Valdés Vivó “Etiopia: la revolución desconocida” igualmente recibieron cobertura en sucesivos números de la revista Tricontinental el triunfó la Revolución de Afganistán en Abril de 1978, que liquidó al régimen feudal y estableció en ese momento un gobierno progresista. En Irán la caída del Sha; gendarme de Estados Unidos en el Medio Oriente y se abrió paso un proceso de orientación antiimperialista.
Igualmente en la revista Tricontinental, desde principio del 1978, se comenzó a reflejar en sus contenidos temáticos los nuevos signos de recuperación de parte del movimiento revolucionario de América Latina, fuertemente golpeado en años anteriores por las dictaduras militares. La reactivación de la lucha se manifestó en Centroamérica, el Caribe y en algunos países del Cono Sur como Bolivia, Perú y Colombia, pero donde se logró un rápido incremento fue en Nicaragua, Granda y El Salvador.
Hacia comienzos de los años ochenta la edición sistemática de la revista y los carteles se dificultaron debido a que en el mercado internacional se produjo un aumento del costo del papel, las películas y otros insumos necesarios para la impresión gráfica, lo que motivó una disminución en la importación de dichos materiales, situación que se agravó por el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba existente desde febrero de 1961.La industria poligráfica disminuyó considerablemente su producción de revistas, periódicos y todos los impresos en general. Las tiradas de la revista Tricontinental se redujo a 25 mil ejemplares por números (12 mil español, 8 mil en inglés y 5 mil en francés) y las reproducciones de carteles se limitó a 5 mil en papel cromado y 3 mil en papel bond.
Para entonces los integrantes del equipo de realización artística: Rafael Enríquez Vega (director artístico), los diseñadores Rafael Morante Boyerizo y Alberto Blanco González, y como realizador Eladio Rivadulla Pérez, sistematizaron la inclusión en sus programas de trabajo la opción de que el cartel creado fuera simultáneamente empleado en la cubierta, contracubierta, en el reversos de ambas y en las páginas interiores de las nuevas ediciones de la revista Tricontinental.
Algunos de los carteles insertarlos en las cubiertas de la revista Tricontinental se inició en el número 74 (enero-febrero 1981) realizada por la conmemoración del aniversario de la caída en combate de Camilo Torres, sacerdote y guerrillero colombiano. También se insertó otro en la cubierta de la revista Tricontinental número 75 (marzo-abril 1981) y consistía en un miliciano fusil en mano con la bandera cubana de fondo para conmemorar el 20 aniversario de la derrota mercenaria de Playa Girón. Con esta práctica quedó establecida la confección de los planes de impresión de carteles en armonía con los proyectos temáticos de la revista.
Entre las temáticas reflejadas en las publicaciones y los carteles de la OSPAAAL en ese periodo, estuvieron las vinculadas con: el triunfo de la Revolución en Granada, la intensificación de la lucha del pueblo de El Salvador, la solidaridad con Cuba, el movimiento revolucionario en Guatemala, el movimiento de liberación Tupamaro en Uruguay, los derechos civiles en Estados Unidos, la lucha contra la carrera armamentista, la reconstrucción de Viet Nam, la oposición al sistema del apartheid en Sudáfrica, el triunfo de la Revolución en Nicaragua, el combate contra el fascismo en Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina, la causa del pueblo de Palestina, la independencia del pueblo de la República Árabe Saharauí Democrática y los aniversarios de la muerte de los principales líderes revolucionarios en los tres continentes.
No obstante las limitaciones para la OSPAAAL la década del ochenta constituyó un periodo de reconocimiento a su labor gráfica; sus logros quedaron reflejados en numerosas exposiciones de carteles nacionales e internacionales así como en tres hechos de gran significación para la gráfica de la solidaridad Tricontinental, primero: la publicación de la revista Tricontinental en el idioma árabe, lo cual se realizó el 9 de febrero de 1982 y que lamentablemente no pudo continuar porque la imprenta fue destruida durante uno de los bombardeos israelíes a Beirut (Líbano), segundo: la edición de un número especial para conmemorar el aniversario quince de la caída en combate del Che, que, además de los artículos, contenía una selección de carteles sobre el comandante guerrillero, los más emblemáticos realizados por la OSPAAAL y diversas instituciones cubanas; y tercero: la adopción de un nuevo formato de la revista´
Para la edición de número especial por la celebración del XV aniversario de la muerte del Che se contó con la espontanea contribución de obras plásticas con imágenes del Guerrillero Heroico, que fueron reproducidas en formato similar a carteles. Y para esa ocasión la OSPAAAL imprimió una trilogía de carteles en los que se destacaron el conocido Che de la selva de magistral estilización artística y el conocido por el Che de la sonrisa, consistente en ilustración que rompió con el habitual empleo, hasta ese momento, de su representación a partir de la tradicional foto de Korda, en la que su rostro, sobre fondo negro, su sonrisa y expresividad de la mirada logró plasmar un mensaje de confianza y seguridad en la victoria de los pueblos.
Con el histórico crédito de haber sido la primera revista en dar a conocer, en 1967, al movimiento palestino Al Fatah; en un trabajo informativo que poseía fotos y diálogos de sus dirigentes y que al precisar la posición de la OSPAAAL ante la crisis del Cercano Oriente, denunció las acciones agresivas de Israel contra los países árabes y en particular la ocupación de territorios de Palestina; en 1983 en una edición especial, la Tricontinental No 85, que en su portada se reflejó la imagen del legendario líder palestino Yaseer Arafat, a través de sus artículos, poemarios y fotos se revelaron la actitud agresiva y criminal de Israel con su expansión a territorios árabes.
NUEVO FORMATO
En ese contexto comenzó a circular la revista Tricontinental No 87, del bimestre mayo-junio de 1983, en la cual se adoptó el nuevo formato (28 x 24 centímetros), la cual estuvo dedicada a África, ese cambio le permitió situarla a la par de otras publicaciones similares, incrementar el nivel de aceptación entre sus lectores e hizo posible su fácil manipulación y embalaje para su distribución.
La presencia de la mujer combatiente, que en diversas oportunidades se había presentado en los carteles editados con anterioridad, también apareció en la cubierta de la revista Tricontinental número 95, de 1984, donde se publicó el artículo ¿Por qué el FMLN gana la guerra en El Salvador? En él se denuncia como cada vez era mayor la intervención de la administración norteamericana, que, para evitar la victoria y eliminar las guerrillas, fabricó una fachada democrática en El Salvador.
“La guerra de las Malvinas y la solidaridad tricontinental”, un amplio y profundo estudio del destacado investigador el profesor argentino Natalio N. Svarch Scharager, donde reveló los antecedentes históricos de la agresión del imperialismo anglo-norteamericano en ese archipiélago perteneciente a la República Argentina fue oportunamente publicado en la Tricontinental No 98; donde también se incluyó los artículos: “Guatemala: a 30 años de una agresión yanqui”, de Manuel Galich y Guillermo Toriello y “A 20 años de la gesta heroica del pueblo dominicano y de la invasión yanqui, sus héroes y mártires están presentes”; de Farabundo M. Mármol.
Una visión general del papel de la fuerza armada y la resistencia del pueblo panameño antes las conjuras y agresiones norteamericanas contra el país istmeño quedó revelado el artículo de Nills Castro “Por quién doblan las campanas” publicado en la revista Tricontinental número 121, de enero de 1989, que denunciaba los hechos más sobresalientes de la campaña de desestabilización, presiones y amenazas llevadas a cabo por la administración de Reagan.
Entre los temas de actualidad e interés general de ese período también estuvo el de la impagable e incobrable deuda externa de los países de América Latina y el Caribe, siendo otras de las temáticas tratadas con gran objetividad por el destacado investigador cubano Eugenio Espinosa en el articulo “Crisis y deuda en América Latina y África” en la edición No 125 y que también fue presentadas a través del cartel Deuda externa (1988); de Rafael Enríquez Vega; que en su configuración empleó el signo del dólar con las siglas del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la postración crucificada de la imagen de un ciudadano pobre que representando a los pueblos latinoamericanos, reflejó las pésimas condiciones de vida que le imponen los préstamos de esta institución financiera que controla Estados Unidos. La fuerza del argumento demostró la necesidad de que la deuda externa fuera anulada a favor de la supervivencia de más de cuatro millones de seres humanos que sufren las consecuencias del orden económico injusto que el imperialismo le ha impuesto a los pueblos.
Rompiendo el silencio de las poderosas transnacionales de la información de las fuerzas imperialistas no hubo un solo escenario de la lucha revolucionaria de los pueblos dado a conocer por la Tricontinental y sus carteles que en esos momentos a través su sistema de distribución internacional con peculiaridades propias, sin antecedentes en Cuba ni similitud en otros países, incluyendo los propios Estados Unidos y las demás potencias imperialistas, constituido por centros receptores y re-expedidores que formaron amigos comprometidos con la lucha de los pueblos del Tercer Mundo e integrantes de diversos comités de solidaridad con los movimientos de liberación de apoyo, como: la causa palestina y de Solidaridad con la Revolución Cubana permitieron que las influencias políticas de la Tricontinental llegara a más de cien países.
En la trascendencia y amplia acogida de la Tricontinental se contó, además de los ejemplificados en los párrafos precedentes, de nuevas colaboraciones de artículos y trabajos periodísticos que, entre mediado de la década del setenta y finales de los años ochenta, aportaron líderes políticos, intelectuales, periodistas, artistas, investigadores y practicante de otras profesiones de diversas partes del mundo comprometidos con las más nobles causas humanitarias y solidarias de su época, también estuvieron: Zulficar Ali Brutto, Vo Hguyen Giap, NguyenThi Binh, Carlos Fonseca Amador, Jean Suret-Canale, Alex La Guma, Maurice Bishop, Gerar Pierre-Charles, Gregorio Seiser, Carlos Núñez, Hernán Uribe, Jorge Timossi, Doris Pizarro, Julio A. Muriante y Ernesto Guevara Lynch.
Igualmente contribuyeron periodistas e investigadores cubanos, como: Bardomero Álvarez Ríos, José M. Ortiz, Estrella Rey, Lourdes Cervantes Vázquez, Luis Suárez, Enrique de la Osa, Luis M. Arce, Silvio Baró, José A. Benítez, Orlando Contreras, Miguel A. D, Estefano, Eugenio Espinosa, José Luciano Franco, Gabriel Molina, Armando Estralgo, Gaspar García Gallo, Mauro García Triana, Osvaldo Martínez, Mirta Muñiz Eguea, Hugo Rius, Joaquín Riverí, Luis Suarez López, Gabriel Gumá, Enrique González Manet y Valentín Rodríguez.
En las configuraciones de portadas, portadillas y en diversos artículos, además de los integrantes del equipo de diseñadores de la OSPAAAL, también estuvieron presentes las aportaciones artísticas de relevantes artistas de la plástica cubana; como: Servando Cabrera Moreno, René Portocarrero, Raúl Martínez González, Umberto Peña y Mariano Rodríguez, así como de creadores gráficos, como: Modesto Braulio, Esteban Ayala Ferrer. Jesús Forjans, René Mederos, José Papiol, Helena Serrano, Félix Beltrán, Asela Pérez, Ernesto Padrón, Berta Abelenda, Heriberto Echeverría, Daysi Garcia, Clara García, Arturo A. Palomino y Emilio Gómez. Indistintamente también bridaron sus contribuciones distinguidos fotógrafos; como: Edgargo Carulla Tur, Manuel Kampos y Argel Gómez
A través de la fotografía, la composición pictórica y el eficaz empleo la maqueta y la imagen corporal se mostraron diseños en los que a través de las influencias del pop art interpretaron los principales problemas sociales que afectaban a pueblos de los tres continentes con configuraciones visuales de intensos efectos cromáticos en los que están presentes la iconografía de líderes revolucionarios y de la presencia de mujeres y hombres en escenificaciones de acciones patrióticas en defensa de sus identidades nacionales. En otras también se revelaron imágenes de mujeres y flores con los predominios del barroco y diversas formas visuales que captaron en sus lenguajes plásticos rasgos de la esclavitud de las metrópolis europeas a los pueblos de África y América Latina
De las expresiones artísticas pictóricas, insertadas en la revista, se distinguieron entre 1987 y 1989 una sucesión de ilustraciones aportadas por Rafael Morante Boyerizo de evidentes derivaciones cromáticas y solidez conceptual que significaron diversos artículos sobre África y que por sus atrayentes delineaciones motivaron interés en organizaciones solidarias y artistas de las potencias occidentales, en particular Canadá y Estados Unidos.
Entre esas aportaciones en las que demostraron la notable confluencias entre el arte popular y los principales problemas sociales, estuvieron sus esbozos para la portada de la Tricontinental No 114, con el tema: Estados Unidos y la nueva cara contra insurgencia contra el Tercer Mundo” que distinguió el trabajo del investigador cubano Jorge Hernández Martínez y para la portada para la Tricontinental No 117; que resaltó el trabajo “La actual agresión sudafricana contra Angola hace insoportable la situación en África Austral” ; del representante de la República Popular de Angola en las Naciones Unidas y en la contraportada, de esa edición, la pintura para visualizar el articulo “La doctrina de la Seguridad Nacional. Antecedentes y futuros; de Jerónimo Cardozo.
Las inspiraciones de Morante también quedaron artísticamente expresada en sus contribuciones pictóricas para la Tricontinental No 118, en la contraportada para graficar el trabajo del investigador cubano Fernando Nápoles Tapia; “Sahara Occidental: la marcha genocida” y en la contraportada “Cuito Cuanavale: Victoria, victoty, victoire” ; así como en la portada de la Tricontinental No 124 que distinguió el articulo principal de esa edición “Namibia, su economía y la independencia”; de los autores Luis René Fernández Tabío e Ismael Zuaznábar.
Esas obras identificadas por sus riquezas en estilos y diversidad de expresiones pictóricas visualmente asociadas a revistas de arte facilitaron el acceso a través de las aduanas de Estados Unidos en momento en que en el contexto de la “guerra fría” se restringían las publicaciones de contenidos progresistas y revolucionarias, censuradas como propaganda comunista subversiva.
Esas infamante alusiones estuvieron presentes contra ediciones de la Tricontinental durante la postrimería de los años ochenta y los albores de la década del noventa, aun después de la caída del campo socialista, con las cuales pretendieron disimular sus preocupaciones motivadas por una trilogía de artículos de René Anillo Capote, aparecidos sucesivamente, en ese periodo, en los que con sólidos argumentos tomados de fuentes estadounidenses reveló los imperativos de la política de la Casa Blanca, bajo la administración del presidente George Bush, que para imponer sus designios por medio de la agresión militar y su nueva arma la asfixia económica a los pueblos subdesarrollados no tiene en cuenta ni el sentir de sus ciudadanos y mucho menos cuando se trataba de los negros, indios e hispanos.
En el artículo: “Curriculum vitae” aparecido en la Tricontinental 126 de noviembre-diciembre de 1989, se revelaron por René Anillo los antecedentes de la carrera política de George Bush y de los integrantes de su equipo de trabajo, alertando de los verdaderos propósitos contra los pueblos del Tercer Mundo. En el “Dédalo de Bush” publicado en la Tricontinental 129, de marzo-abril de 1990, caracterizó los conjuntos de problemas que afectaban a la sociedad norteamericana y de los inspirados objetivos de hegemonía y dominación de la administración de ese país y la doble moral de Bush ante el trafico de drogas y su afiánzate papel de gendarme internacional y el estudio: “la distopía de Bush” expuesto en la Tricontinental No 130, julio-agosto 1990, se resaltó la hipocresía de los gobernantes de Estados Unidos en relación al empleo contra los pueblos y gobiernos progresistas la conjugación de la fuerza y la desestabilización económica.
Tales trabajos que, conjuntamente el articulo “La tendencias de la política exterior de Estados Unidos en los años 90”; del estudioso Jorge Hernández Martínez y un cartel que contenía la consigna Resistir es vencer; que en su diseño poseía un águila de perfil, con los colores y estrellas de la bandera norteamericana, y en el medio del pico abierto una bandera panameña con el tronco de un árbol que no lo deja cerrar oportunamente distribuidos en grandes cantidades a las universidades norteamericanas, inquietaron a los funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA); quienes, mediantes visitas sistemáticas al centro de distribución de la Tricontinental, se preocuparon por el contenido de la revistas y sus carteles.
Un nuevo período que particularizó la edición de la revista Tricontinental y los carteles de la OSPAAAL se produjo con la llegada de la década del noventa, que heredó de finales del decenio anterior algunas de las situaciones que afectaron su volumen de edición, como fueron: el alto costo de los materiales de diseño, el papel, la tinta y otros insumos, lo cual se agravó a partir de la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del Campo Socialista con las que Cuba realizaba sus principales operaciones comerciales, provocando que la industria poligráfica quedara prácticamente paralizada por la falta de materia prima para la producción.
En tales circunstancia en que Estados Unidos, con el apoyo de las demás capitalistas, aprovechando las secuelas derivadas de siglos de dependencia económica y del saqueo a los pueblos, a través de chantaje económico y las amenazas del empleo de la fuerza continuó ejerciendo sus predominios imperiales en países de África, Asia y América Latina; la OSPAAAL a través de su revista Tricontinental y sus carteles intensificó sus mensajes en los que se hicieron alusiones que denunciaban el militarismo y contra las desigualdades sociales que se registran entres las naciones ricas y los países pobres.
Ante tal situación la OSPAAAL formuló diversas acciones encomendadas a mantener los niveles de calidad y de búsqueda de alternativas que permitieran continuar la impresión en Cuba de la revista Tricontinental y sus carteles ajustado a nuevos contenidos temáticos, en un momento que la lucha armada había dejado de estar en un primer plano para dar lugar a la aparición de temas globales que afectan a los pueblos del Tercer Mundo.
Las nuevas temáticas abordadas en los carteles y la revista Tricontinental, tuvieron lugar en el contexto de un mundo unipolar y globalizado por el neoliberalismo de la economía, modelo impuesto, tras la caída del campo socialista, por el imperialismo a los países subdesarrollados de los tres continentes donde se agudizaban los problemas económicos y sociales como el atraso existente, consecuencia de su pasado colonial o neocolonial y de la injusta política de ajustes expuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), controlados por Estados Unidos, la mayor potencia imperialista que hace gala de su poderío militar para intervenir y actuar en cualquier país del mundo bajo el pretexto de proteger sus intereses y de la seguridad nacional.
Partiendo de lo antes expresado, la OSPAAAL a través de la propaganda reflejó; el rechazo a las acciones económicas, comerciales y financieras contra la vida de los pueblos, la preservación del medio ambiente, la negativa a aceptar los bloqueos económicos, comerciales y financieros como instrumento de presión política, el respeto a la voluntad de los pueblos a la elección libre del régimen socio-político y económico que deseen adoptar, la condena a las agresiones y ataques militares, la crítica a la aplicación de la política neoliberal, el rechazo a toda forma de discriminación y todos aquellos males que afecten a la vida de los pueblos.
Las nuevas temáticas en las acciones comunicativas de la solidaridad se efectuaron en el contexto de la celebración de eventos de carácter internacional como: el Encuentro sobre Bases Militares en Centroamérica y el Caribe (1990), Otro impreso en este propio año, fue el de Neoliberalismo, saqueo y desempleo. Con motivo de la celebración del V Centenario del descubrimiento de la América, se imprimió el denominado Hatuey. El primero en homenaje a este jefe indio de origen dominicano, que se sublevó contra el proceso de colonización española en Cuba.
Igualmente se le prestó atención a los relacionados con las tradiciones combativas y patrióticas de la Revolución Cubana, como los realizados en ocasión del XXX Aniversario de la victoria cubana en Playa Girón; el del Cese del bloqueo económico y el de la retirada de la Base Naval de Guantánamo y el XXX Aniversario de la caída en combate del Che. En el diseño de las diversas temáticas, en los años noventa, abordadas en la revista y los carteles participaron los diseñadores Gladys Acosta y Eladio Rivadulla Pérez.
La OSPAAAL en estos momentos de crisis, de limitaciones materiales y financieros contó con la ayuda de manos amigas de otros países para que continuara la edición de la revista Tricontinental y sus carteles políticos de apoyo solidario al Tercer Mundo, y dentro de este último los de solidaridad con la Revolución Cubana. Una de estas expresiones solidarias fue materializada por la Coordinadora de apoyo a la Revolución Cubana de Italia (estrechamente vinculada con la labor de solidaridad en países de África y América Latina) con la reedición de de tres carteles del Che y el aporte del financiamiento para reeditar la revista Tricontinental, después de casi cuatro años de ser publicada y que se concretó a partir de la edición del número 131.
-SEGUNDA ÉPOCA, DE LA REVISTA TRICONTINENTAL.
Con la publicación de la revista Tricontinental No 131 en marzo de 1995 se inicio una nueva época de su edición en la que manteniendo su tradicional apego a la solidaridad, como factor primordial de unidad entre los países del Tercer Mundo por la defensa de sus soberanías e independencias, reformuló su contenido con la asimilación de los problemas globales o generales más acuciantes que afectaban a los pueblos, como: la militarización, la creación de un mundo unipolar, la pobreza, las políticas económicas desiguales imperialistas, la imposición de patrones occidentales y otras acciones encaminadas a menoscabar la independencia de os países subdesarrollados.
La Tricontinental No 131 con artículos realizados en el contexto de la celebración, en La Habana, del Encuentro Internacional sobre Derecho a los Pueblos al Desarrollo Social (1994); aportados por los investigadores, periodistas e intelectuales cubanos: Juan Antonio Blanco, Silvio Baró, Armando Hart Dávalos, René Anillo Capote, Orlando Fundora, Ivette Zuazo, Carlos Font y Abel Prieto, se distinguió de los números que la precedieron por su realización editorial digitalizada en la que a las tradicionales representaciones visuales, le sucedieron configuraciones con expresiones contemporáneas apoyadas de los recursos y posibilidades de la digitalización computarizada, que le propugnaron atrayentes definiciones estéticas que en sus mensajes reafirman el augurio de que un mundo mejor es posible.
Con fotos de Raúl Aroche, Fidel Pazo y Roly Montaval; configuraron el diseño de la Tricontinental No 131, que contó con la dirección artística de Eladio Rivadulla Pérez, la realización grafica de su portada del creador Jorge Manuel Chinique y la inserción en el reverso de la portada y en una portadilla de la pintura “Madre y niño, La ternura” del emblemático pintor ecuatoriano Osvaldo Guayasamin. También distinguieron sus páginas ilustraciones artísticas de: Erasto Cortés Juárez; México, Eduardo Audivert; Argentina, Livio Abramo; Brasil, Luis Camnitzer, Uruguay, Isabel Villaseñor y José Clemente Orozco; México, Matta; Chile, Jesús Soto; Venezuela y de Cuba; Wifredo Lam.
Como expresara Ana María Pellón en la Sección al Lector de la Tricontinental No 132 la reedición de la Tricontinental tenía el empeño de continuar la realidad de un sueño por no dejar morir su publicación. Y que mejor oportunidad para ese continuado deseo que esa edición realizada para honrar el centenario de la muerte del Héroe Nacional Cubano José Marti, paradigma de los revolucionarios que luchan contra el imperialismo, que entre su sumario contó con el articulo “Del anticolonialismo al imperialismo”; de Roberto Fernández Retamar, también haya poseído en su portada de una obra del pintor cubano Adigio Benítez que con proverbial definición delineo un significado aporte a la iconografía martiana en la que armónicamente reveló dos singularidades del insigne patriota su enardecida convicción independentista, por la que ofrendó su vida en el campo de batalla y sus significativos vigores poéticos.
En sucesivas ediciones de la Tricontinental también reflejaron artículos relacionados con la Conferencia Internacional José Martí y los desafíos del siglo XXI (Santiago de Cuba, 1995) y otros como el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en La Habana 1997, ocasión en que organizó una exposición con las obras presentadas durante un concurso que convocó la OSPAAAL, por la conmemoración de las 30 años de la muerte del Che, denominado La imagen Constante.
Como resultado del concurso La imagen Constante fueron premiados los originales de carteles diseñados por los jóvenes creadores: Paris Volta; en el que de las delineaciones fingidas de dos montañas representa la conversión imaginada de una paloma blanca que al levantar vuelo va dejando plasmada en sus sombras simulaciones de los elementos configurativos del rostro del Che y debajo el texto: Hasta la Victoria Siempre, y la otra obra fue la titulada: ACHE, de Daniel Cruz, donde empleó deleznables configuraciones derivadas de las influencias del art pop y el art nouveau para advertir de alusiones armónicas entre los ideales guevarianos y la practica popular de la religión afrocubana.
Las obras premiadas en la Exposición La Imagen Constante fueron insertadas en la contraportada de la Tricontinental No 138 que contó con la portada y diversos artículos realizados en el contexto de cumplirse los 30 años de la desaparición del Comandante Ernesto “Che” Guevara. En esa edición también se evocó la celebración de su XXX aniversario su fundación a través de la remembranza “30 años de comunicación emancipadora. Tricontinental XXX aniversario fiel a las mejores causas”; de Hugo Rius y una trilogía de artículos contra el hegemonismo del orden informativo de las poderosas trasnacionales capitalistas de la información y de la generalización de la política neoliberal imperialista, intitulados : “Globalización, medios de comunicación y dominación cultural”; de Enrique González Manet, “Impacto de los medios de difusión estadounidenses en el Tercer Mundo”; de Syed Husin Ali y “Los grandes medios y derecho a soñar”, de Ernesto Vera.
La Tricontinental No 140 acogió en sus páginas las influencias del legado de Ben Barka, que confluyeron en el reconocimiento obtenido por la OSPAAAL, en 1998, del status consultivo especial ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas; que entre las condiciones que le hicieron merecedora de tan alta distinción estuvieron premisas planteadas por ese líder tercermundista, como: la eliminación del colonialismo y demás forma de opresión, la erradicación de la pobreza, la abolición de toda discriminación, las cuales convergieron con otras acciones que en el discursar de los años han integrado la ejecutoria de la Organización de Solidaridad Tricontinental, ejemplos: el nuevo orden económico internacional, el mantenimiento de la paz, el respecto a los derechos humanos, la defensa al derecho social, salvaguarda la identidad nacional, la protección del medio ambiente y el nuevo orden de la información.
Todo el esfuerzo gráfico realizado hasta la postrimería los años noventa por la Organización Tricontinental en solidaridad con África, fue expuesta en la Tricontinental No 142 por Eladio Rivadulla Pérez, curador de una exposición con una antología del cartel de solidaridad con los pueblos africanos, editado entre 1966 a 1999, la cual se organizó para la celebración del XXXVI aniversario de la Organización para la Unidad Africana (OUA), donde resultaron presentados más de 60 carteles; y elementos folclóricos, personas anónimas, rostros de héroes y personalidades, banderas, colores nacionales, etc., conformaron el diseño gráfico que habían reflejado los creadores participantes en su concepción y realización.
Posteriormente durante la conmemoración, en enero del 2001, del 35 aniversario de la OSPAAAL, el legado del El Medi Ben Barka, quedó nuevamente revelado en un artículo publicado en la Tricontinental No 145 del Dr. Prof. Armando Entralgo; director del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente, donde magistralmente expuso aspectos de la génesis y proyección del pensamiento del dirigente marroquí y nuevas develaciones del misterio sobre su secuestro y crimen cuando en su condición Presidente del Comité Internacional Preparatorio de la Primera Conferencia de los Pueblos de África, Asia y América Latina se ocupaba de la preparación y organización de esa conferencia
Con la conquistada consagración de su existencia como “La voz impresa del Tercer Mundo”, obtenida por su sostenida adhesión a las causas justas en defensa del pensamiento político, la historia y la cultura de los pueblos de los tres continentes; la Tricontinental acogió el advenimiento del nuevo milenio con la incremento de nuevos colaboradores que le permitieron extender su influencia comunicativa, entre los cuales se encuentran: Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Evo Morales, Stella Calloni, Hugo Chavés Frias,Percy Francisco Alvarado Godoy, Richard Frick y los investigadores y periodista cubanos: Luis Suarez Salazar, Ulises Estrada Lescalle, Mercedes Santos Muray, Eliades Acosta, Ángel E. Pino, Manuel E. Yepe, Jorge Risquet Valdés, Mario Mencia, Teresa Valdés, Hedelberto López Blanch, Raúl Galcés, Giraldo Mazola, Humberto Rodríguez y Ana María Lujan.
Igualmente contribuyeron ampliar su preponderancia informativa la coedición de libros con diversas instituciones, como: la Editorial Ocean Press y la acogida de nuevos distribuidores, como; Las Editoriales Canguro y Pandemia y los suscriptores Pablo Kilberg y Claudia Menéndez; en Argentina, los distribuidores; PRELASA; México, Center for Cuban Studient; Estados Unidos, Zambon Verlang; Alemania-Italia, Armanda Ramírez, Grupo de Solidaridad de Cartagena; Colombia y Ediciones Achab, Italia.
Nuevas irrupciones visuales creadas por los diseñadores: José Ángel Lama, Raúl García Valdés, Alfonso M. Peña, Leonardo Regalado, Leonid Prado y Rafael Enríquez Vega, sustentados en el eficaz empleo de la digitalización, expresaron en una conceptualización grafica diferente, que revelaron expresiones temáticas con atractivas definiciones estéticas y airadas frescuras, donde contrates y yuxtaposiciones —sostenidos en alusiones figurativas, efectos ópticos y distorsiones refulgentes— irradiaron derivaciones visuales de eficaces registros comunicativos.
Durante esos primeros años del nuevo milenio, como continuación de las expresiones de solidaridad contra los intento imperialistas de perpetuar su dominio colonial a través de su estrategia de globalizar el neoliberalismo, junto a las declaraciones de condena y los llamados de alertas de la OSPAAAL a los pueblos contra la política proteccionistas y de acciones a través de los tratados de libres comercios para someter a los países subdesarrollados, que fueron dado a conocer en las ediciones de la Tricontinental Nos 149 y 150 y se imprimieron dos carteles: uno contra la creación del ALCA, proyecto de libre comercio propuesto por Estados Unidos que le permitiría legalizar su pretensiones de dominación control sobre estados latinoamericanos, el otro con el texto: Por un modo justo y solidario, mediante el cual se convoca a los pueblos por un mundo más justo y equitativo. Ambos fueron diseñados por Leonid Prado en el 2002.
Aires de alientos y vigorización comunicativa se patentizó en la Tricontinental No 149 con la oportuna y eficaz presentación en su configuración gráfica, a decir de un titulo empleado por Arleen Rodríguez Derivet, “Las armas invencibles del humor” mostrados en la portada y páginas interiores con ilustraciones del humorista gráfico cubano Tomás Rodríguez Zayas (TOMY) en los que el multipremiado humorista ridiculiza al pretendido proyecto norteamericano del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Formaron parte de esa edición trascendentales artículos contra la pretensiones de dominación imperialista y las profunda connotación opresora del ALCA, como: “Más dominación, más crisis”; de Roberto Regalado Álvarez, “La democracia confiscada”; Víctor Flores Olea, “Imperialismo: pasado, presente y futuro; de James Petras “¿América Latina made in USA?”; de Pascual Serrano y “ALCA, plan Colombia y medio ambiente”; de Libardo García Gallego.
La Tricontinental que enarboló la proclamación contra el terrorismo y contra la guerra, con la inserción en la portada de la edición No 155 de una obra pictórica del artista Eduardo Roca “CHOCO”; conocida como “La madre”, oleo sobre lienzo, acompañada del texto: ¿Qué hombre, hijo de mujer, podría dejar caer la muerte sobre tus rosas…? reveló la brutal guerra contra el pueblo iraquí a través de la opinión editorial “Mentiras y bombas sobre Iraq”; donde se desenmascaró los verdaderos propósitos de la guerra imperialista de Estados Unidos en Iraq que sucesivamente se reveló en los artículos, aparecidos en: la edición No 156 “La guerra en Iraq no ha terminado; Mr. Bush; de Ernesto Gómez Abascal ex embajador de Cuba en Iraq, hasta poco después de la ocupación militar norteamericana y la No 157 “20 mentiras sobre la guerra en Iraq; de Glen Rangwala y Raymond Whitaker
Otra excelente concurrencia de lo político con lo artístico de autentica expresión solidaria quedó revelada en las gestaciones de líneas y colores de solida figuraciones humanas configurada en una obra pictórica del pintor, dibujante y muralista cubano Orlando Hernández Yanes para la Tricontinental No 158 en la que se acogió como temática central el 45 aniversario de la Revolución Cubana, en que con precisión y detalle la iconografía de dirigentes cubanos simbólicamente la confluyó con las de líderes e intelectuales revolucionarios de diversas nacionalidades.
La independencia de Puerto Rico contó con la edición de la Tricontinental No 163; en sus páginas se reflejó la lucha del pueblo puertorriqueño contra el status colonial, el saqueo constante de las reservas naturales y la penetración cultural e ideológica sostenida con ese territorio por las fuerzas gobernantes de Estados Unidos. Entre los trabajos aparecidos estuvieron: El colonialismo y la lucha por la independencia; de Héctor Pesquera Sevillano, El FBI en la isla: incursión represiva; de Julio Ortiz Luquis, Puerto Rico en el sistema de dominación militar de los Estados Unidos; de Manuel Carbonell Miranda, Una estrategia de lucha por la independencia; de Alejandro Torres Rivera, Puerto Rico en las Naciones Unidas; de Wilma E. Riverón Collazo y Que viva Puerto Rico libre; de Ricardo Alarcón Quesada.
Los artículos que formaron parte de esa edición eran continuadores de otros estudios antecedidos a la edición monotemática No 43 del año 1975 y de los mostrados en diversos números de la Tricontinental sobre Puerto Rico, como: El caso de Puerto Rico (1975); también de Manuel Mardonado Denis, Puerto Rico no la anexión (1977); de Juan Maris Bras, Puerto Rico: análisis de una resolución (1979); de Juan Maris Bras, Puerto Rico en la encrucijada (1979); de Antonio Lamadrid, El aparato militar norteamericano en Puerto Rico (1981); de M. Meyn y J. Rodríguez, Puerto Rico: la tarea inconclusa de Bolívar (1983); de Julio A. Muriente y Puerto Rico: enclave colonial en el Caribe (1986) de Doris Pizarro; estuvieron respaldados con imágenes visualizadas en sus portadas y carteles destacan el significado simbolismo de la lucha de ese pueblo por su independencia y por el respeto de la dignidad humana.
La realidad del pueblo saharaui, tema recurrente por la Tricontinental, quedó nuevamente revelado en su edición No 165 en una trabajo titulado “La ONU, Kosovo y el Sahara” principiado por Hach Ahmed; embajador saharaui en Venezuela en el revela aspectos sobre las agresiones de Marruecos y la ejecución de su proyecto anexionista, el que hace un estudio comparativo entre la perentoria proclamación unilateral de la independencia de la ex provincia serbia de Kosovo para satisfacer los intereses de las grandes potencias occidentales y el prolongada actuación intervencionista de Estados Unidos y sus aliados en la OTAN para la no aplicación de las normas de la ONU que establece la autodeterminación de la población saharaui.
Sucesivamente a través de la revista Tricontinental No 168 y un cartel con el texto PREMIO NOBEL DE LA PAZ, se desentrañó la pretendida imagen pública bondadosa del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que aunque obtuvo tan alto galardón aun continua practicando contra Cuba y las fuerzas progresistas del mundo, la misma política agresiva que su predecesor como inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush.
En la ilustración de la portada de la referida revista y en el cartel a través de una perspicaz metamorfosis se muestra las auténticas intenciones de Obama, para lo cual su creador Rafael Enríquez Vega acudió a la escenificación del Águila Imperial que en sus alas posee rotuladas la insignia de identidad de la poderosa y agresiva fuerza área de Estados Unidos, orgullo del Pentágono y del poder militar. En la que vislumbran sus desafiantes garras, que con su desgarrador poderío destructivo posan sobre países como Afganistán, Pakistán, Iraq, Yemen y otros del Medio Oriente, donde bajo el pretexto de la infundada lucha contra el terrorismo, los militares norteamericanos causan víctimas indiscriminadamente entre la indefensa población de esos territorios.
Entre los valiosos estudios publicados en esa edición, que develaron la aparente imagen apacible de Obama, estuvieron: “Afganistán es ahora la guerra de Obama”; de Gary Leupp, “Las “guerras justas” de Obama”; de Gilberto López y Rivas y “Obama y el Medio Oriente”; de Ernesto Gómez Abascal; en los cuales se revelan los planes de la Casa Blanca de expansión de guerra secreta, la dispersión de sus fuerzas militares y civiles y expertos en operaciones de inteligencia, guerra psicológica y asesinato selectivo.
Igualmente en el artículo de Atilio Bóron, denominado “Honduras: el imperio contraataca” se aludió al respaldo brindado por la administración de Obama a la cúpula militar que gestó el golpe de estado perpetrado en Honduras; que alteró el orden institucional de ese país y que, en fragante violación de los más elementares principios de los derechos humanos, desencadenó una feroz opresión contra la resistencia brindada por el pueblo. También se denuncia el establecimiento de bases militares en Colombia que bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, es evidente que apuntan hacia Venezuela y contra los cambios sociales que se están gestando en países de América Latina.
Han ocupados las páginas de la Tricontinental las revelaciones de los fracasados intentos de 11 Presidentes de Estados Unidos mediante la prolongación del bloqueo económico y todas sus variantes de agresión: invasión mercenaria, sabotajes, actos terroristas, guerra bacteriológica y mediática, para aniquilar a la Revolución Cubana, incluyendo entre sus planes recientes el frustrado empleo de la disidencia cubana, que reciben dinero y apoyo logístico, con el propósito de subvertir el orden constitucional y derrumbar al sistema político.
Entre los textos contra la política de la Casa Blanca contra Cuba significados en los más recientes ediciones de la revista se encuentran, en la: No 167, “Cuba no regresará a la OEA” y en la No 169: “¿Disidentes o traidores?” de Atilio A. Boron, “Libera Congreso de EE. UU fondos para “disidentes” cubanos”, “El doble rasero en las campañas mediáticas contra Cuba”, de Pedro Bolivar Reverte y “Cuba y los medios: elogios selectivos, indignación selectiva” de Emily j. Kirk, John M. Kirk y Norman Girvan.
Confortada por la edición No 171 dedicada a la celebración en abril del 2011 de los 50 años de la primera derrota militar del imperialismo en América Latina; en Bahía de Cochino (Playa Girón) y de que su precursora la OSPAAAL haya cumplido su 45 años de fundación; la Tricontinental que condena las irregularidades cometidas contra los luchadores antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, continúa afianzándose como vehículo trasmisor de la convicción de quienes luchan por la eliminación de todas las desigualdades e injusticia que genera el capitalismo y se enardece ante la satisfacción de haber conseguido exponer, a través de textos e imágenes, el sentir de la lucha antiimperialista de los pueblos de los tres continentes.
Y como espina atravesada en la garganta del águila imperial Tricontinental continuará oponiéndose a los planes de Estados Unidos y sus aliados que para derrocar a los gobiernos progresistas y revolucionarios que no responden a sus intereses; tratan de imponerles sus doctrinas mediante los métodos de penetración ideológica: a través de la tecnología de la informática y la diplomacia con la supuesta defensa de los derechos humanos que hacen confluir con el empleo de la fuerza con acciones de: guerras de agresión, ataques selectos, actos terroristas y sabotajes.

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