martes, 26 de junio de 2012

El Che y Fidel, arquetipos de revolucionarios y fusión de pensamientos



José A. Buergo Rodríguez


Se puede trazar una línea de conducta y comunicación bidireccional entre el pensamiento y la obra del líder histórico de la Revolución cubana el comandante en jefe Fidel Castro y el legendario Guerrillero Heroico, el Che Guevara, el comandante guerrillero.
Es conocido que el primer guerrillero de las huestes insurrectas que lideró Fidel Castro en la Sierra Maestra en alcanzar los grados de comandante fue Ernesto Guevara de la Serna, quien afectivamente todos llamaron desde los preparativos en México como “el Che”, en franca alusión a su origen argentino. Fue el Che hombre de absoluta confianza del Fidel junto al guerrillero también mil veces heroico de la sierra y también comandante, el inolvidable Camilo Cienfuegos.
Entre el Che y Fidel se produjeron empatías muy fuertes, pues el primero tenia también una marcada formación antiimperialista y latinoamericanista demostrada en su peregrinar por países del continente incluida su experiencia en Guatemala cuando los acontecimientos del gobierno de Jacobo Arbenz, proceso que convulsiono a Latinoamérica y donde Fidel y el Che estuvieron, sin conocerse en ese tiempo, involucrados por simple solidaridad con el pueblo guatemalteco y espíritu de rebeldía de ambos arquetipos de revolucionarios .
En Cuba, a lo largo de los 17 meses de contienda insurrecta, luego del desembarco del yate Granma por la playa de Las Coloradas, el Che como expedicionario y Fidel como líder y guía de aquel reducido grupo de valientes pero inexpertos soldados, fueron fusionando pensamiento y acción. Se estableció tal afinidad que es difícil imaginar acción combativa donde ambos no conciliaran sus ideas tácticas y estratégicas. Cuenta Fidel a Ramonet en su libro “Cien Horas con Fidel” que el Che siempre se prestaba para las acciones más arriesgadas y peligrosas y que el (Fidel) tenia que estar poniéndole freno a tal ímpetu. Esa osadía y temeridad del Che lo llevo a ganarse un reconocimiento y admiración dentro de la tropa y por supuesto a alcanzar sus grados bien ganados de comandante. Fue el merito ante Fidel lo que motivó su nombramiento. Fue la identidad de pensamiento y acción de dos guerrilleros con total arrojo y temeridad lo que permitió esa identificación.
No por gusto fue comandante de una de las columnas que llevó la lucha hasta el centro del país, a la ciudad de Villa Clara, con su paso de victorias y triunfos a lo largo de su campaña invasora.
Muchos identifican al Che mas como combatiente que como pensador, producto entre otras razones por sus posteriores incursiones en las guerras de liberación en África (Congo) y en Latinoamérica (Bolivia), sin embargo debemos decir que el Che fue tan combatiente en las ideas como con el fusil. Por ello fue nombrado por Fidel (y en ello encontramos un segundo punto de identidad de pensamiento con el líder de la Revolución) como ministro de industrias, en un momento donde el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica cerró toda la colaboración con la joven nación socialista antillana y fue el Che quien tuvo a su cargo literalmente el romper el bloqueo y sostener, funcionado, buena parte de la industria de tecnología norteamericana y en otros casos innovar con la inventiva de los cubanos y echar a andar maquinarias paradas como la industria niquelífera. Fue también el Che por indicación y nombramiento de Fidel, el Director del Banco Central de Cuba y se desprende que solo la más absoluta confianza en su persona justifica que las finanzas de la nación estuvieran al resguardo y administración de un hombre como el Che.
Entonces no solo fueron las acciones combativas de la guerra, sino las acciones desde tiempos de paz , de la sostenibilidad de la producción y de las finanzas de un país asediado y amenazado, las que le dieron también renombre al comandante cubano-argentino. En un documental, a manera de entrevista realizada a Fidel titulado “Cuando pienso en el Che”, proyectado en la década del ochenta del pasado siglo, Fidel explica y trasluce ese especial afecto y empatía nacido no solo de sus relaciones de jefe y subordinado, sino de esa identificación espiritual de ideales y estilos. Años después de su muerte en Bolivia se realizó un estudio y compilación de lo mejor del pensamiento económico del Che. Un libro que Fidel en persona publicitó en gran medida el día que se inauguraba el hospital provincial “Juan Manuel Márquez “en la ciudad de Pinar del Rio.
Hay que destacar que el Che estudió con profundidad a los clásicos del marxismo y estudió economía política y realizó verdaderos aportes a la forma en que debían ser interpretados conceptos y postulados de los clásicos, para lograr que el proyecto de justicia social de la Revolución cubana nos condujera a la construcción de una sociedad socialista, superior inclusive al entonces Campo Socialista en la Europa del Este.
Fue crítico con el Estalinismo y de esas ideas conoció Fidel de primera mano por el Che. Fidel revela en la entrevista de Ramonet arriba referida, esa apreciación valorativa del Che. Esa postura del Che, en una época de transición en Cuba, de construcción del Socialismo, le llevó a criticas internas por partes de defensores a ultranza del sistema soviético de conducción de la economía, con lo cual el Che discrepó en no pocas oportunidades y dejo escrito esas inconformidades y sus razonamientos. Debemos pensar por lógica que Fidel conocía ese pensamiento del Che y es por ello que hoy, a tantos años de sus reflexiones, ese pensamiento económico avanzado esté sobre la mesa de análisis de la actual coyuntura histórica de la sociedad cubana.
El perfeccionamiento del socialismo que todos queremos y necesitamos como ultima oportunidad a decir del general presidente, el compañero Raúl Castro, lleva obligatoriamente a la consulta en las fuentes originales de los texto escritos por el Che. Su pensamiento económico es lucido y no fue del todo comprendido en su época y es ahora justamente donde se comienza a valorizar en su justa medida.
Del Che y Fidel se podría decir que son creadores, son dos artífices del pensamiento avanzado y se unen en la historia mas que por sus acciones guerrilleras, se unen por la profunda convicción de que solo logrando un hombre desprovisto de ambiciones personales y que ponga (como ellos hicieron) por sobre el interés individual el interés social, es posible construir una sociedad verdaderamente justa y equitativa. Se trata de ese mundo mejor y posible de que tanto se habla. Ello será una labor muy difícil y todavía lejana en el tiempo, pero viable. ¡Sigamos sus ejemplos!
Que el Che desapareciera tempranamente cuando estaba llegando a la cima de su madurez política y capacidad intelectual de avanzada, no quiere decir que su pensamiento sea obsolescente, muy por el contrario, su pensamiento es hoy una fuente importante de derrotero y destino.
Que Fidel por sus años y salud física quebrantada este alejado de la dirección estatal y política del partido, no quiere decir que su pensamiento este también obsolescente. Muy por el contrario sigue lucido, certero, visionario.
El Che y Fidel son fuentes a consultar. Lo previeron casi todo. Reflexionaron de todas las problemáticas humanas y sociales, económicas y políticas, de individuos y pueblos, ellos hablaron, advirtieron, presagiaron.
Nos toca, a las mujeres y hombres que conformamos la sociedad, hacer que su legado tenga actualidad, uso atinado y eficaz y se pueda perfeccionar nuestro socialismo. Esa será la misión y virtud de las actuales generaciones: no perder el mensaje, sus enseñanzas y encontrar el derrotero. Por ese camino vamos transitando.

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