jueves, 30 de agosto de 2012

para pensar

Cuando algunos de los gobiernos que eran estrechos socios del imperio cambian de signo político, entonces aparecen datos sobre los aspectos represivos del pasado. Arvydas Anusauskas, presidente del Comité de Seguridad Nacional y Defensa del parlamento lituano, reconoció que investigadores nacionales identificaron dos cárceles secretas, una cerca de Vilna. Ante una delegación de eurodiputados de izquierda, los lituanos admitieron que esos lugares fueron empleados por la CIA y el Pentágono para llevar y traer prisioneros de su “guerra contra el terror”.
Esos presos no tenían derechos humanos. Los llevaban allí para poder torturarlos mejor y evadir el cumplimiento de legislación norteamericana, que aún en forma retaceada, pudiera favorecerlos.
Donde van los soldados yanquis y agentes del servicio secreto, se llevan el mundo por delante. Los escándalos de los agentes de Obama en Cartagena de Indias en abril, y en diciembre último en Brasilia, contratando prostitutas y negándose a pagar, en el primer caso, y arrojando a una mujer de la camioneta y pisándola ex profeso, en el segundo, dan cuenta de ese patrón de conducta.

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